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CRIADERO EL VERDÍN, HACIENDO PATRIA EN AYSÉN

Hugo Fuentes fue el elegido para representar a la Asociación Aysén en el Anuario de los Criadores de 2017.

 Reportaje recopilado de la sección de las Asociaciones del Anuario de la Federación Criadores de Caballos Raza Chilena de 2017.

No es fácil la crianza en el extremo sur de Chile y bien lo sabe don Hugo Fuentes, quien hace ya varios años heredó de su padre el Criadero El Verdín para transformarlo en uno de los más destacados de la zona de Aysén.

«El Criadero El Verdín lo empezó mi padre, cuando era difícil correr por acá. Yo empecé a los 12 años a correr con caballitos criollos de la casa. En ese entonces todavía teníamos caballos que no estaban inscritos y a veces corríamos esos, pero ahí le compramos dos yeguas a don Miguel Valech, con tan mala suerte que se nos murieron. Años después, yo en una exposición organizada por Roberto García, compré una yegua, la Comaire, que era hija del Rascucho en la Colihuacha, y esa hembra se transformó en la reproductora de mi criadero. Tiene una sangre muy antigua, porque es nieta de la Coliguana, del Criadero La Laguna y me dio muchos buenos productos, como la Comadrera y la Comadre», cuenta don Hugo, quien rememora por sobre todo al Puma, potro que dejó más de 100 crías, la mayoría en la zona de Aysén.

«Después traje al potro La Playa Puma, que era hijo del No Me Toques, y lo cruzamos con la Zíngara, que también se lo compré a don Miguel  Valech, y fueron caballos que nos dieron muchas satisfacciones y hasta ahora, porque si bien yo no estoy corriendo, sigo al mando del criadero», añade.

Cuenta que en sus años mozos, su principal motivación era el rodeo, aunque quedó con una espina clavada: Haber podido correr en Rancagua. «En la década de los ’60 teníamos tres cupos para ir al Campeonato Nacional, y aunque varias veces pude haber ido al Champion, las verdades hay que contarlas y las condiciones no eran las óptimas para salir. Un año me iba a hacer las ganas de ir, porque quería mostrar mi potro, pero se enfermó, así es que optamos por no ir», dice.

Pese a ello, está conforme con lo hecho, puesto que su criadero se ha hecho un nombre y las sangres que él llevó han permanecido en la zona. «Estoy muy satisfecho de tener este criadero, porque he ido aprendiendo, y tratando de ir mejorando la raza para lo que es la zona después de haber partido en esas yeguas hace tantos años», explica don Hugo.

Dice que si bien la sangre es buena, también hay un ingrediente geográfico:  «Acá yo vivo en el sector de El Verdín, pero tengo a mis caballos en Mañihuales, y se crían allá porque hay menos lluvia, y son caballos firmes a la hora de trabajar. Son caballos interesantes, fácil de entrarles, firmes para cualquier pega», comenta.

Fuente: www,caballoyrodeo.cl

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